viernes, 2 de mayo de 2014

Juan Formell, la incredulidad y el luto (+ Vídeo)

Fue mazazo en la cabeza. Un golpe del que todavía no me recupero. La noticia se esparció como pólvora en horas de la noche de ayer. Cuba toda quedó en silencio. Un silencio que denotaba incredulidad, tristeza, impotencia...La muerte es parte de la vida y aún por cotidiana no acabamos de interiorizar que los genios también fallecen.
Juan Formell -director de la emblemática orquesta Los Van Van- sufría una complicación hepática, a partir de una enfermedad repentina, en un abrir y cerrar de ojos la cultura cubana perdía a uno de sus grandes exponentes. 

Los Van Van y sus cadenciosos ritmos han marcado la historia de la música en la Mayor de las Antillas. La triada perfecta que integraron Juan Formell, al bajo; Puppy César Pedroso, en los teclados y la percusión (hoy defendida por Samuell Formell), conquistaron al mundo desde los años 70, momento en que la Zafra de los 10 Millones servía de inspiración para llamar Van Van a la agrupación.

Emblemáticas composiciones como La Habana no aguanta másSandunguera, Marilú, El buey cansado -en los años 80- y Un año después (La costurera), Permiso que llegó Van Van, El aparecido... en la actualidad, son algunas de las composiciones escritas por Formell y que han hecho época entre los bailadores cubanos y foráneos. Imposible no mover los pies cuando comienzan los coros, si a ello se le suman los violines y la percusión entonces tu cuerpo ya no será más tuyo para ser dirigido por la música.

Una línea de trombones y violines, además de un trabajo depurado de las voces constituyen atributos que caracterizan a la agrupación, también conocida como "Tren de la música cubana", la cual es bien identificable en cualquier sitio o cualquier circunstancia. Sus melodías son portadoras de la calidez y frescura cubanas. Sus composiciones son Cuba, la misma tierra de los solares, de los toques de santos, del jazz, la rumba, la música clásica o el guaguancó.

La fuerza y el espíritu de la orquesta ha sido tal, que sus discos han viajado el orbe llevando consigo un sello distintivo donde no faltan las inquietudes, alegrías, tristezas, dicharachos, sandunga, de los habitantes de este archipiélago, en un género que Formell reconoció como songo, una vertiente contemporánea del son más tradicional, del autóctono. 

Hoy la música cubana está de luto porque el país ha perdido a uno de sus hijos más querido; Juan Formell, un músico que sin mayores pretensiones se dejó llevar por la música y creó, por sobre todas las cosas, melodías imborrables para el bailador.


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