martes, 6 de mayo de 2014

El periodismo: un estado de gracia

Entrevista a Pedro Martínez Pírez, Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida (2005).

Conversar con Pedro Martínez Pírez supone realizar un viaje a los acontecimientos más importantes de América Latina y el Caribe. Su labor militante y revolucionaria lo han hecho vivenciar acontecimientos importantes en la historia de varias naciones del área. Una mañana es muy poco tiempo para escuchar cuánto tiene que decir, un día es poco tiempo para profundizar en política nacional e internacional, deportes, economía y muchos otros tópicos que domina por su quehacer destacado como diplomático y periodista.

De hablar diáfano y una dicción perfecta, Martínez Pires recibe gustoso a jóvenes periodistas que llegamos a Radio Habana Cuba (RHC) para constatar el flujo editorial de tan prestigiosa emisora.

Convocados por el Diplomado de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo, el grupo multinacional -33 estudiantes procedentes de Colombia, Ecuador, Venezuela, España, México y Cuba- llegó de improviso a los estudios y oficinas de RHC. Estar en La Habana suponía profundizar en la historia de una emisora de más de cinco décadas transmitiendo en onda corta a varios continentes del orbe: América, Europa, África y Medio Oriente.

En la Subdirección Informativa encontramos el diálogo emotivo del Premio Nacional de Periodismo José Martí, el local cuenta en sí mismo parte de la historia, fotografías, calendarios, obras pictóricas originales, poemas de destacados creadores, banderas de países hermanos… Imposible describirlo todo, la esencia de su amor por el periodismo se traducen en las casi cinco décadas consagradas a la profesión. Como si esperase alguna cobertura de improviso, allí están su agenda y grabadora: “porque los periodistas tienen que estar siempre preparados para los acontecimientos que les puedan llegar por azar”, así rompe el hielo cuando ninguno de los presentes se atreve a preguntar. No es lo mismo escucharlo que tenerlo delante; su porte gallardo nos impresiona… la labor periodística más.

“Es menester andar siempre con la grabadora y la cámara preparadas para realizar un trabajo inmediato y otros estratégicos, que se van realizando paralelamente –deja la oración en el aire - investigaciones, estas llevan más tiempo”, continúa pausadamente.

Dijo más: “el periodismo no es un turno de trabajo, el periodismo son las 24 horas del día porque uno no sabe en qué momento y dónde encontrará la noticia”, puntualiza. Desde la modestia, ejemplifica con sus vivencias cómo se dejó atrapar por una investigación que comenzara a escribir en Medellín en 1978.

“Fui a cubrir los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero en aquel momento, esa ciudad colombiana era famosa no solo por la escuela de medicina, que era muy buena, sino también por la muerte de Carlos Gardel, el 24 de junio de 1935.

Martínez Pírez junto al pintor ecuatoriano y entrañable amigo
Oswaldo Guayasamín. 
 
“Quise aprovechar ese suceso y me entrevisté con uno de los dos sepultureros sobrevivientes del cantante y al empresario antioqueño que trasladó sus restos seis meses después desde la galería San Pablo en el cementerio San Pedro. Fue una experiencia extraordinaria, ah, pero ese reportaje lo terminé después en La Habana, porque a Carlos Gardel le encontraron un proyectil alojado cerca del pulmón izquierdo y eso dio pie para que se dijera que había habido una balacera en el avión donde volaba, información falsa que luego corroboré. La bala la tenía desde antes y ese dato me lo proporcionó el padre del Che, Ernesto Guevara Lynch. Fue formidable, lo comencé en Medellín y lo terminé aquí en La Habana”, dice desde la satisfacción del profesional alerta a cualquier detalle que pueda ser relevante para su stock.

“Hace poco vino a verme un colombiano que se llama Luis Eduardo Pinto Fuentes –afirma mientras observa a Juan Carlos Blanco, estudiante del diplomado, profesor de la Universidad de Bogotá- él fue el museólogo de la casa donde murió Bolívar en Santa Marta, y yo lo entrevisté hace 37 años. Ahora vino porque está con cáncer en la garganta, tiene una voz preciosa, una voz que es un torrente; y vino por el programa de salud de Venezuela porque (Hugo) Chávez lo mandó, a pesar de que ya el comandante había fallecido cuando encontraron el nombre de él en una lista de pacientes necesitados de atención, por eso llega a La Habana.

“Pinto Fuentes es un hombre extraordinario que narra toda la vida de Bolívar y sobre todo los últimos meses de su vida. Ese señor me buscó, quizás pensando que yo ya no estaba vivo, no sabía como encontrar la emisora pero llegó a Cuba y al sexto piso de este edificio. Hice un programa lindísimo con él… Luis Eduardo Pinto Fuentes”, dice mientras observa la composición diversa de acentos, nacionalidades, credos de sus entrevistadores.

Como en una conversación familiar, Martínez Pírez permanece de pie mientras “disparamos” las preguntas en un torrente de inquietudes de quienes no quieren dejar pasar la oportunidad de tenerlo delante, quienes desean beber de su savia.

“Hay que tener ese espíritu –vuelve al inicio- todas las temáticas son válidas para los periodistas, hay que conocer de todo: Cultura, Economía, Filosofía e Historia, esta última es la base de todas”, dice el profesor titular de la Universidad de La Habana.

“Hacer periodismo es realizarme, es disfrutar, es un placer. Yo caigo en trance cuando hago periodismo, cuando hago radio… es una experiencia fantástica, siempre estoy pensando en qué quiero hacer”.

             Méritos
                   Orden al Mérito en el Grado de Comendador en Chile, 1964
                   Premio Nacional de Periodismo en Televisión, 1989
                   Premio Nacional de Periodismo en Radio, 1991
                   Miembro de Honor de la Fundación Guayasamín, 1994
                   Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular 1993-1998
                Merecedor de la Réplica del Machete de Máximo Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario